
Óscar era un chico de quince años que residía en Barcelona. Un día, en una de sus escapadas de clase, se introdujo en un palacete, aparentemente abandonado, que le llamó la atención. Allí vivían Marina y su padre Germán, y fue entonces cuando empezó su amistad, y por consiguiente sus aventuras.
Ambos jóvenes realizaban visitas al cementerio de Sarriá. Allí, un hecho que presenciaron les llamó mucho la atención. Comenzaron su investigación día y noche.
El nudo de esta historia se basaba en que un tal Kolvenik se dedicaba a crear prótesis con cuerpos humanos defectuosos. Éste deseaba recuperar el álbum de fotos que los jóvenes habían cogido por casualidad en una de sus aventuras nocturnas. Los chicos, que no sabían si Kolvenik vivía o no, investigaron. Y gracias a la aportación de información de diferentes personajes, entre ellos Víctor Florián, el policía que había llevado el caso del cierre de la empresa que poseía Kolvenik.
Finalmente descubrieron que éste estaba vivo. Y también el lugar en el que residía.
Se produjo una lucha intensa en el Teatro Real entre el bando de Kolvenik (ayudado por sus marionetas mutantes) y el bando de los jóvenes Óscar y Marina. Aquella noche se descubrieron muchas cosas, y también varias personas murieron.
Tras haber terminado el combate, todo volvió a la normalidad... pero un terrible hecho apenó el corazón de Óscar el resto de su vida...
La historia es un tanto fantástica y macabra, pero las relaciones humanas que se establecen gozan de gran sentimiento y realismo. El final del libro es muy sorprendente y bastante triste. Al principio, las numerosas analepsis que aparecen crean confusión, pero una vez leído el libro dotan a éste de originalidad y lo hacen diferente al resto de libros de aventuras.