lunes, 12 de septiembre de 2022

Entre puntos suspensivos

 


Paula lleva unos días intentando localizar a Mario, que es su padre y por lo que parece está desaparecido. Por más que Paula intente localizarle no consiguió nada y tuvo que recurrir a la policía, en concreto al inspector de policía Javier Muñoz. ¿Por qué tenía que ser él? Pues porque hace diez años fueron una estupenda pareja y a día de hoy aún no había terminado del todo, aunque no estuviesen juntos. Muchas veces lo volvían a intentar y solo podían estar unos días bien y luego volvían con las peleas y volvían a pasarlo mal. Paula ya sabía antes de acudir a él que no sería una buena idea porque sería otra vez más difícil recuperarse después de un tiempo juntos. Pero igual lo tenía que hacer, tenía que encontrar a su padre como sea. La idea de trabajar juntos no era muy fácil, porque después de tantas veces y tanto tiempo los sentimientos entre ellos dos seguían expuestos y aún estaban presentes. Pero supieron hacerlo de tal manera que en parte no molestara y que todo fuera profesional para poder encontrar a su padre. Durante el proceso de búsqueda fueron pasando cosas que hicieron que se volvieran más unidos, pero lo más duro fue cuando Paula le contó que estaba embarazada y que se arrepentía de no habérselo contado antes. A pesar de que estuviera enfadado la entendió porque se lo tuvo que ocultar. Poco a poco formaron una familia de verdad.

 

El libro me pareció interesante, por parte de que era de misterio por no saber qué iba a pasar con el padre de Paula. Pero en la parte que Paula mintió a Javier sobre de que tenía una hija no lo vi razonable, porque cualquier padre tiene derecho de saber que tiene una hija. Lo bonito es que volvieron a ser una familia y la niña estaba tan contenta de que al fin los dos la podían llevar al colegio y estar los 3 juntos como una familia normal.

 

Iasmina María Lapadat (2022)

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