viernes, 28 de septiembre de 2012

El tiempo entre costuras




Es una novela que trata sobre la historia de Sira Quiroga, una mujer que nace en Madrid a principios del siglo XX y que vive con su madre, quien le enseña el oficio de modista, hasta que estalla la Guerra Civil en España y decide emigrar a Marruecos junto con un hombre del que se enamora perdidamente. Pero una vez en Tánger, este hombre la engaña y la abandona, dejándola sola en ese país extranjero y además con muchas deudas que tiene que pagar, por lo que tiene que trabajar duramente. Afortunadamente encontrará a una amiga que le ayudará mucho, "la matutera", y logra sacar adelante su taller de alta costura, al que acuden señoras de la alta sociedad, como Rosalinda Fox, pero también van mujeres de nazis  y poco a poco se va introduciendo en ese mundillo de la alta sociedad, con sus fiestas, sus intrigas políticas, lo que la llevará a actuar de espía contra los nazis.

Me ha gustado porque tiene un poco de todo: amor, traición, abandono, amistad, viajes, espionaje, etc., por lo que se hace muy amena e intrigante su lectura.

Ángela Rodríguez Dólera (1º Bach A, 2012)

jueves, 27 de septiembre de 2012

Septimus y la magia negra




La noche es oscura y tormentosa. Y esa misma noche, Marcia Overstrand, la Maga Extraordinaria, es visitada por un antiguo fantasma amigo suyo, Alther. El fantasma, muy alto y de cabellos largos y blancos recogidos en una cola de caballo, viste la túnica de Mago Extraordinario cubierta de sangre. Parece frustrado.
-¡Alther! -exclama Marcia-. ¿Qué estás haciendo?
-Tú me pediste que le siguiera la pista a Tertius Fume y que te avisara cuando lo encontrase. Y ahora está en lo alto de la Torre del Mago, en la Mazmorra Número Uno.
Al entrar a la mazmorra Marcia contempla a Tertius un fantasma fulgor verdoso que relumbra en la oscuridad. Marcia estaba pronunciando el hechizo que desterraría a Tertius, pero Tertius agarró a Alther de manera que los dos fueron desterrados.
Simon, un amigo de Marcia, entraba en su habitación y de repente la puerta se cerró con pestillo sola, y a Simon se la apareció La Cosa, un puñado de harapos y huesos que se sentaba en su cama, y no podía, mucho menos mirarle a los ojos.
- Tienes que venirte conmigo, según el contrato que un día firmaste con tu difunto amo. Aún estás atado.
A la mañana siguiente, fue el cumpleaños de Septimus, era su decimocuarto cumpleaños que es el doble del número mágico 7. A Septimus toda la gente le hacía regalos y los aceptaba todos excepto los amuletos de buena suerte. Septimus iba a empezar su semana oscura, donde tienen que elegir una misión que ellos se pongan, y Septimus quiso bajar a las Antesalas de las profundidades para rescatar a Alther, que fue desterrado por error. Septimus estaba en el saloncito de estar de Marcia, sentado en un pequeño taburete junto al fuego, con el diario del Aprendiz entre las rodillas, lo tenía abierto en la página que decía Semana Oscura. Marcia sabía que la Magia más poderosa que Septimus usaría en la próxima etapa de su aprendizaje necesitaba una conexión personal con la oscuridad, le asustaba. Pero esa misma noche, había luna negra y era el momento más efectivo para que Septimus empezara su semana oscura.
Septimus le preguntó a Marcia que si ella tuviera una oportunidad de volver a traer a Alther de vuelta, ¿la aprovecharía? Ella le dijo que sí, pero es que ella no tiene ninguna posibilidad. Al oír eso Septimus se alegró, y le dijo a Marcia que partiría a la medianoche. Entonces Marcia le entregó una Llave de hierro, que abría la puerta de la Mazmorra Número 1, aunque a Marcia no le parecía una buena idea que partiera esta noche, pues había luna negra y era más peligroso. Más tarde, Septimus se fue a hacerle una visita a Marcellus. Tal y como le había prometido Marcellus le regala a Septimus un colgante especial de buena suerte: lo raro era que llevaba una araña negra dibujada, y por la cara de Marcellus Septimus decide llevarse consigo el colgante. Y así, Septimus se adentra en las Antesalas de las profundidades, para poder rescatar a Alther de su destierro equivocado.

Melani Cascales