domingo, 5 de abril de 2020

Matar a un ruiseñor



Se pueden extraer muchas enseñanzas de Matar a un ruiseñor, a pesar de ser una novela escrita en 1960. Aquí la autora consigue criticar los prejuicios y el racismo en Estados Unidos (y el mundo en general) hacia la comunidad afroamericana del país, dando a entender que no existe persona mala por su raza, sino por sus actos. Esto lo hace poniendo como claros villanos de la historia a Mayela Ewell (quien miente acerca de su violación) y al propio Bob Ewell, quien actúa con violencia, acabando en un final trágico por ello.
Por otro lado, Atticus Finch es el prototipo del abogado que decide defender a un hombre inocente sin importarle las consecuencias; por lo demás, Finch es un hombre honesto y valiente en todos los ámbitos de su vida. Como era de esperar, Atticus debe enfrentarse a los prejuicios y ataques de sus vecinos blancos, por defender a un hombre de raza negra. Scput y Jem también son acosados por este motivo por sus compañeros de clase.
Atticus consigue demostrar la inocencia de Tom Robinson en el juicio, aunque termina siendo condenado. El padre de la supuesta chica violada, Bob Ewell, se toma la actitud de Atticus de forma personal, jurando vengarse por lo que él considera haber sido puesto en ridículo por un miembro de su pueblo.
La obra coincide con el inicio de la lucha por los derechos civiles y la igualdad, cuyo líder emblemático fue Martin Luther King Jr.

Ikram Saqroni (1º Bach C) (2020)

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