martes, 15 de febrero de 2011

Las guapas deberían morir


Las guapas deberían morir es un conjunto de 7 relatos cortos escritos por Julia Robles para la editorial Tres Fronteras en su colección La biblioteca del Tranvía.
En la mayoría de los relatos las protagonistas son mujeres que pasan por diferentes etapas. Los tres que más me han gustado han sido éstos:
Interiores de satén: Una mujer le habla a su fallecido marido Enrique, le cuenta que hoy no se siente realmente guapa y que recurrirá a ese truco tan suyo: vestirse un conjunto de ropa interior de encaje, ponerse unos polvos rosas en sus mejillas, pintar sus labios y salir a la calle a dar un paseo con la total seguridad de que hoy ella es la más guapa señora de sesenta primaveras.
Cartas de amor: Edelmiro y Paquita se conocen en un caluroso verano en un pequeño pueblo castellano. Al finalizar las vacaciones Edelmiro vuelve a su lluviosa Galicia y Paquita a su estilosa Barcelona. Pero deciden mantener el contacto mediante cartas con jugosas palabras de amor llenas de deseo carnal. Una mañana, Paquita recibe una carta de su amado Edelmiro, en la que él le contaba que sin querer y sin poder evitarlo el aprecio que sentía por la cartera que cada semana le traía sus cartas había pasado a ser más que un simple aprecio amistoso, y que por ello debían romper el contacto. Paquita siente una gran pena que inunda su cuerpo, pero se da cuenta de que el recepcionista de su empresa, ese que siempre le entregaba sus cartas, tampoco estaba nada mal, así que le pregunta si esa noche la ocupaba con algún plan.
Ella, la más bella: Este relato es narrado por un hombre perteneciente a una asociación de lectores de tan sólo 10 miembros. Pero un día se ven sorprendidos con la incorporación de una mujer bella como ella sola. La mujer es consciente del poderío que ahora tiene en ese colectivo varonil, y por ello empieza a coquetear con cada uno de los miembros. En una fiesta organizada por la asociación los socios se aprovechan de ella, y la violan uno a uno, con tal locura que uno de ellos la mata a puñaladas. Luego el protagonista se acerca al cadáver y con las palabras Yo iba a poseerla como ningún otro, come un trozo de su carne.


Isabel Clemente Díaz (1º Bach F. 2011)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.